LA TRAVESÍA DEL DESIERTO

Hace algún tiempo que empecé a escuchar el término “la travesía del desierto” como ese periodo en el que uno/a se siente hundido/a, parece que todo está perdido y no toca más remedio que atravesar por esas dudas, por esos miedos e inseguridades para poder salir del pozo y seguir adelante.

En la vida transitamos a veces por lugares donde parece que todo es arena y que el agua se ha terminado. Entendiendo que la arena son los problemas (de cualquier índole) y el agua nuestros recursos, atravesamos momentos de gran tensión en que no vemos la solución y eso genera aún más estrés. Nos cubrimos los hombros para protegernos del sol, nos agarramos a cualquier sombra y procuramos sacar agua de debajo de las piedras. Pero el desierto sigue inexpugnable ante nuestros ojos, parece que no hay nada que hacer, puesto que nuestra mirada no puede ver el final del desierto. Ahí está el gran aprendizaje…

Nos han dicho: “hay que ser fuertes”, pero existen momentos que uno/a no siente esa fuerza interior, ese impulso, esa motivación que inspira a seguir adelante y afrontar cada una de las dificultades que se presentan. Y en ese momento, llega la rendición. Una rendición que puede ser serena o agresiva. Si es agresiva, nos volvemos irascibles, con palabras y comportamientos violentos en contra de lo que creemos nos oprime, que puede terminar en resignación; o bien, serena, confiando que aunque ahora no lo entendamos, esa travesía nos mostrará un camino nuevo para nuestra evolución.

No deja de ser dura la travesía por el desierto y si nos sirve de algo en esos momentos duros, debemos recordar que eso pasará y que en algún momento encontraremos ese oasis de agua pura y cristalina. Aceptarla con amor, confianza y serenidad, ese es nuestro reto.

Buen camino y que la travesía del desierto te haga más humana/o y sabia/o.

¡Feliz día!

Maria Iglesias

Coach, Máster-Trainer en PNL, acompañante en Bioneuroemoción y Psicosomática Clínica

Estudios del árbol genealógico

Sesiones presenciales y por Skype

Mail: mariaiglesiaspnl@yahoo.es     

Tel. (34)  606 32.08.54

Instagram: mariaiglesiaspnl

Facebook: Maria Iglesias / Kreixer

DE DENTRO A FUERA

Todo proceso personal evolutivo va de dentro a fuera. A veces hay que volver a empezar o mejor dicho seguir caminando por el proceso de la vida, con sus subidas y bajadas, con sus momentos maravillosos y también con las dificultades que conlleva la existencia en este plano material para volver a reconectarse con uno mismo/a.

Después de mucho tiempo sin publicar ningún artículo y dejando tiempo al tiempo para que la creatividad llegara de nuevo, hoy estoy aquí, compartiendo con quien quiera leer este escrito, que a pesar de las tormentas llega un día que vuelve a salir el sol. Hay periodos en la vida que parecen una montaña rusa, donde las emociones cambian con mucha velocidad y podemos pasar de la alegría a la tristeza, de la motivación a la desgana o de un estado de buen rollo a uno de rabia, sin aparente motivo, en el transcurso de un mismo día.

Últimamente he hablado con bastantes mujeres y algunos hombres que están pasando por la misma situación de “montaña rusa emocional”: hay quien dice que es un efecto del cambio planetario, de la luna, de la rotación de la tierra, del cambio espiritual o de vibración que estamos experimentando, etc. Sea como fuere estos cambios emocionales están afectando a muchas personas sensibles y puede afectar al buen funcionamiento de la salud y bienestar personal.

En algún momento ciertas personas me han dicho que soy una mujer fuerte y valiente por aceptar los cambios de la vida, que soy muy activa y que siempre estoy de buen rollo. No siempre estoy así, hay momentos que parece que esa fuerza interna se desvanece o desaparece. Somos todo: somos valientes y débiles, activas y pasivas, de buen rollo y de otros rollos… Tenemos el derecho de sentirnos de todas maneras, sin juzgarnos o exigirnos que debemos ser fuertes y conseguir todo lo que nos propongamos, porque de todo se aprende: de los éxitos y de los pasos que hacemos para conseguirlos, del objetivo y de las dificultades que encontramos en el camino.

El otoño es una época de recogimiento, de preparación de nuestro cuerpo (físico, emocional, racional y espiritual) para que pueda adaptarse al periodo invernal. ¿Qué te parece dedicarte un tiempo a ti a diario (o cuando puedas) para prepararte para el invierno (el mañana)? Ir de dentro a fuera, de un trabajo interior para después poder reflejarlo en nuestro entorno exterior.

Ahora y aquí, me gustaría que nos aceptáramos tal como somos y nos queramos más y mejor cada día. Si nosotros/as mismos/as no nos damos el espacio que necesitamos, ¿quién nos lo va a dar?

De dentro a fuera. ¡Feliz día!

Maria Iglesias

Coach, Máster-Trainer en PNL, acompañante en Bioneuroemoción y Psicosomática Clínica

Estudios del árbol genealógico

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Mail: mariaiglesiaspnl@yahoo.es     

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