El estrés ha empezado a formar parte de nuestra
rutina en muchos de nosotros. El estrés puede estar provocado por una presión
constante en el trabajo, aunque también lo sufren las personas que no lo
tienen. Lo viven a diario muchas personas que no llegan a final de mes. También
aquellas que están demasiado ocupadas en sus vidas, llenando sus horas de
responsabilidades propias o ajenas y que no saben decir que no. Lo viven niños
en época de exámenes o con excesivas tareas escolares. Así mismo, lo sufren
personas con enfermedades y/o que tienen malas relaciones con la pareja, el
jefe, los hijos, etc.
Una madre o un padre pueden vivir situaciones de
estrés constante si además de educar y atender a sus hijos trabajan su jornada
laboral, sumado que tal vez no duermen lo suficiente por las noches, su nivel
de estrés puede provocar efectos importantes en su bienestar físico,
psicológico o emocional. En el caso de algunas separaciones, divorcios o
situaciones dolorosas, el estrés puede aumentar a niveles que provocan
problemas en la salud física.
No es de extrañar que personas que viven en
situaciones constantes de estrés, sea por los motivos que sean, que su salud se
deteriore y pueden acusar, entre otros síntomas: insomnio, estreñimiento o
diarreas, palpitaciones, contracturas musculares e incluso se puede llegar a la
depresión.
Existe un
estrés positivo (eustrés) que es el que nos da la energía para activarnos, para
pasar a la acción para salir de nuestra zona de confort y suele ser algo
puntual. Sin embargo, nos movemos cada vez más en el estrés negativo (distrés)
que es el que nos puede llevar al estado de no-bienestar provocando molestias,
inquietudes y malestar general.
¿Qué
podemos hacer? Hay diferentes maneras de gestionar el estrés y todas ellas
pasan por tomar conciencia de saber en qué punto de nuestra vida nos
encontramos y aprender cómo vivirlo y eliminar el exceso de estrés que nos
puede llevar a perder la salud.
El estrés puede ser nuestro amigo o
nuestro enemigo
Respirar,
caminar, correr, alimentarnos mejor, vivir el presente, saber delegar, mejorar
nuestra comunicación, saber decir “no”, poner límites, pedir ayuda o seguir nuestros sueños
son caminos que nos pueden llevar a una mayor satisfacción y reducción del
estrés, depende de cada caso.
Si
precisas de un acompañamiento en la gestión de tu estrés, estoy contigo (también por skype).
¡Que seas muy feliz!
Coach,
Máster-Trainer en PNL, acompañante en Bio-PsicoSomática
Tel.
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