sábado, 5 de septiembre de 2015

FLUIR CON LOS CAMBIOS

Cambia, todo cambia… cambia el día y deja paso a la noche. Cambia el verano, para dejar entrar al otoño. Cambia el niño, para permitir al joven aparecer. Cambia el estado del estudiante cuando entra en el mundo profesional. Cambia el soltero cuando se casa. Cambia la casada, cuando se divorcia. Cambia el enfermo, cuando sana. Cambia el sano, cuando enferma. Cambia la persona cuando pierde un ser querido. Cambia, todo cambia…

Y aunque el cambio es incambiable, ¿cómo lo aceptamos en nuestras vidas?, ¿aparecen resistencias?, ¿nos rebelamos a aceptar que nos han despedido?, ¿que la relación con nuestra pareja se ha terminado?, que debemos dejar nuestra anterior casa, o tal vez nuestros amigos para ir a vivir a una nueva ciudad?

No existe una píldora mágica para hacer más fácil ese tránsito. Tan sólo disponemos de nuestros propios recursos, tan sólo y ¡tan mucho!

¿Sabes de qué recursos hablo? De los que tienes en tu mochila. Sí, todos nacemos con una mochila, que vamos llenando a lo largo de nuestra vida; en ella vamos poniendo cualidades, habilidades, conocimientos, creencias, traumas, experiencias, herencias de nuestros padres y ancestros, etc.
¿Has realizado alguna vez tu propio inventario de cualidades o quieres hacerlo ahora? ¡Adelante! Ahora es un buen momento para hacer el listado de tus recursos o actualizarlo si ya lo hiciste. Coge un boli, un papel y escribe las cualidades que tienes, aspectos de tu personalidad que consideres adecuados y útiles. Cuantas más cualidades mejor, que no sean menos de 10. Tal vez puedas pensar que son muchas, inténtalo, hazlo igualmente, seguro que tienes muchísimas más ¡seguro!

¿Ya tienes la lista? Ahora elige de tus cualidades las que te pueden ser útiles para el cambio por el que estás transitando. Yo hoy escojo, de entre las mías, las siguientes: confianza, responsabilidad y gratitud.

Confianza, para crear mi próximo futuro y con la certeza de que todo lo que pasa es lo mejor para mi crecimiento personal.

Responsabilidad, para seguir trabajando en lo que realmente creo, en lo que me inspira y siento que es lo mejor para mí y para mi entorno.

Gratitud, por todo lo que estoy recibiendo mientras estos cambios se integran en mi vida y por todos los bienes que me llegan cada día. ¿Y tú, cuáles eliges? ¡Adelante!

¡Que seas muy feliz! Gracias.
Maria Iglesias






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