lunes, 16 de mayo de 2016

MI RESPONSABILIDAD… COMO MADRE

Una de las experiencias más importantes en nuestro proceso humano es la de ser madres. Biológicamente estamos preparadas para ello. Cuando tomamos la decisión de tener un hijo/a, es algo que cambiará nuestro estado para siempre: nunca dejaremos de ser madres.

Pasaremos por un proceso de gestación. El bebé se está formando en nuestro interior y nuestro cuerpo se ocupa de proveer a ese ser todo lo que necesita para su desarrollo. Es un período sumamente importante, ya que somos uno con él/ella y todo lo que comemos, todo lo que pensamos, sentimos y las experiencias por las que vivimos, formarán parte directa de su estructura. El bebé se está alimentando de nuestras emociones, por eso es tan importante que la madre esté tranquila, con ilusión para apoyar a la criatura en este primer desarrollo de sus células y poder transmitirle la seguridad, que es esperado/deseado, que le amamos.

Una vez damos a luz, la responsabilidad sigue estando ahí, de forma básica y fundamental, para nutrirle y seguir alimentando todos los aspectos emocionales, que influirán en el futuro de nuestro hijo/a. La parte física está muy valorada. Deseamos que esté sano/a y le cuidaremos muy especialmente durante los primeros años de su vida, para ofrecerle un ambiente lo más sano posible, con alimentos saludables, que no pase frío, etc. En el aspecto emocional, también procuraremos darle nuestro amor y transmitirle nuestros valores.

Cuando el hijo/a está creciendo, y empieza a ir a la escuela, podemos pensar que la educación se la deben dar en la escuela. Tengamos en cuenta que los valores y la educación la recibirá en casa, mientras que en la escuela, recibirá unos conocimientos que les serán (de mayor o menor) utilidad para su futuro. Ahora bien, no caigamos en la idea de que son los profesores quienes deben responsabilizarse de nuestros hijos/as, ya que somos nosotras como madres (y los padres, por supuesto) las que debemos velar por ellos, en estos aspectos. En el caso de que llevemos al niño al mejor colegio, pero en casa, hay gritos, no hay respeto, y constantemente se critica, el niño recibirá los valores que se encuentre en casa. Por eso, debemos tomar nuestro compromiso.

Mi responsabilidad (nuestra responsabilidad) como madres es estar lo mejor posible nosotras, a todos los niveles, para ayudar a nuestro hijo/a. Si en casa, tenemos unos buenos hábitos alimenticios, el niño lo recibirá como normal; si transmitimos respeto, así lo recibirá; si animamos las acciones adecuadas, en lugar de criticar y castigar solamente los malos comportamientos, así lo vivirá; si expresamos nuestros sentimientos, así lo sentirá, como algo normal. Si, nosotras como madres, nos valoramos, nos cuidamos, nos respetamos y amamos, y hacemos lo mismo con nuestra pareja e hijos, así lo integrarán ellos en sus valores fundamentales.

Seamos responsables de nosotras, para facilitar las bases de desarrollo para una vida feliz del niño/a, acompañándoles en todo momento en su proceso evolutivo y ayudar a que saquen su propia luz y en el futuro, puedan ser seres independientes y felices. Tu hijo/a no es tu hijo/a, es un ser que te ha elegido como madre para poder realizar su función en este mundo. Así que acompáñalo/a de la mejor manera posible, con humildad y agradecimiento, por haberte elegido desde el amor.

¡Que seas muy feliz! Gracias.
Maria Iglesias
Coaching, PNL y Psicosomática Clínica
Tel. (34) 606 32.08.54

Sesiones presenciales y por skype


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